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martes, 27 de marzo de 2012

Hecho 1.

Y aquí os comunico

Que me muero de ganas de que sea verano.

Un besito en la nariz.
Blanca.

Pecera pequeña

Yo que creía que quería desaparecer, olvidar todas mis raíces, volar a donde nadie me conociera, empezar de nuevo. Moverme en el frenético baile de una vieja ciudad de rascacielos, donde todo el mundo es nadie hasta que demuestren lo contrario.
Yo que quería ser reconocida, estar en el punto de mira de gente con la que nunca he hablado, participar activamente en las nuevas costumbres del primer mundo.
Yo que pensé que sabía lo que quería...

Ahora no puedo ni pensarlo.

No siempre lo que quieres coincide con lo que necesitas. Yo necesito tener un sillón estampado de flores, en ese conocido ángulo de una habitación que me sea favorita. Yo necesito tener que recoger a mis hijos del colegio. Necesito paredes de madera, colchas hechas a mano y tiempo para remendar ropa. Necesito el mismo abrazo del mismo hombre cada día, a ser posible, cada minuto. Con la misma sensación de hogar, la misma certeza de que no hay sitio mejor para mi. Yo no puedo ser nada. Yo quiero ser quien soy, ajena al movimiento, al frenesí, en un mundo en el que sí que existo. Y no existo sola. También existes tú, porque si no...
Si no, yo tampoco existo.

Eres mi condición de posibilidad.

lunes, 26 de marzo de 2012

El otro día estuve pensando en lo bonito que sería que todos dijéramos un verso de un poema. No necesariamente el primero, ni el último. De cualquier poema que recuerdes. Así, cada persona con su voz cosería el hilo de un tapiz que acabaría resultando en belleza pura. Por ejemplo:

Estamos todos en mi porche, es una noche de verano, cálida pero sin mosquitos, y todos estamos mojados después de un baño. Entonces alguien dice:
- Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
Y otra persona, con la voz ronca por bañarse de noche, dice:
- Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Cualquier chico con un cigarro en la mano y mirada perdida podría aportar:
- Empieza el llanto de la guitarra.
Y una chica que tenga voz dulce añadiría:
- Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Y otros:
- Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa.
- ¿Por qué me desenterraste del mar?
- Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?
- A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
- Me gustas cuando callas.
- Todo lo llenas tú. Todo lo llenas.

Un besito en la nariz.
Blanca

Pincelada

''Por muy ridículo que os parezca, me produce más sensación en la cama el dulce aliento de mi mujer en los pelillos de la nuca que andar metiendo billetes de dólar en el tanga de una extraña''

Y por muy raro que resulte, Homer Simpson deja de hablar de cerveza y comida para llamar a lagrimitas pequeñas al borde de los ojos de mujeres que están sensiblonas.