Usa Protector solar

Corre incesantemente. Solo así podrás permanecer en el mismo sitio.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Escribir cosas largas.

No sé si os parecerá buena idea o no, pero me he decidido a escribir. No entradas cortas de blog ni tampoco algo serio con intención de publicación internacional en muchos idiomas. Supongo que mis pretensiones son desafiarme a mí misma y comprobar si soy capaz de hacerlo. Gracias a la gente que me ha animado a hacerlo. Puedo escribir fragmentitos de lo que escriba por aquí, para que juzguéis vosotros. El total de lo que escriba no estará hecho para la opinión pública. No creo ser digna de ello.

Ya está.
Un besito en la nariz.
=)

miércoles, 16 de mayo de 2012

Impaciente me llaman.

El otro día noté agobiado a Galán. Entre acabar con el crímen de la ciudad y las prácticas de laboratorio de su carrera, no tenía tiempo ni pa comer. Así que decidí adelantar su fecha de cumpleaños casi un mes y le regalé unos dibus hechos para él. Los vengadores (o los personajes a los que se parece Galán según la longitud de su barba).
Un besito en la nariz. Blanca :)

Estar con superman vale por dos. Y todos sabéis que tengo derecho a decirlo.
Un besito en la nariz :)

Vale la pena.

Las mujeres siempre fantasean con un príncipe azul que mate al dragón que custodia su torre. Solo las que realmente rezan para conseguirlo acaban recibiéndolo entre sus brazos. Ya sé que soñar e imaginar un momento que parece no llegar nunca es aburrido, así que muchas de las princesas pasan de eso y toman un atajo. Se acaban acostando con el dragón. Y como no ha sentido más que un pequeño calor producido por el aliento del dragón en la nuca, buscan a otros pretendientes. Se acaban acostando con el campesino que vive detrás de la colina, con el lechero y con algún otro. Si la princesa está lo bastante buena, puede llegar a acostarse con la aldea entera.
Pórtate como una facilona y te tratarán como a una facilona, es así. No me malinterpretes, me parece estupendo. Pero no va a venir ningún príncipe a rescatarte de ti misma. Un dragón es un enemigo mucho más loable que una mujer de fácil acceso.
No vale decir ''La virginidad no es un don, sino una falta de ocasión'' Mientras dices esto, algo se te tiene que retorcer dentro. Si realmente eres capaz de hablar así, no sabes lo que se siente cuando el primer hombre que te toca es el hombre de tu vida. No puede haber orgasmo de un hombre aleatorio que supere una caricia suya.
Como dijo una mujer muy sabia, que además es la más sensual que conozco: 'Algunas confunden abrirse de mente con abrirse de piernas'.
Todas las que soléis leerme sois el tipo de princesa que espera, que reza, que sueña con el funeral del dragón y la boda del día después. Si no ha llegado, llegar. Y cuando lo veáis, lo sabréis.

Porque el príncipe azul no te deja un comentario en tuenti con muchas vocales seguidas. Ni te azota el culo en público. No te mete en la parte de atrás de su coche para tu primera vez ni deja que te vayas sola a casa después.
Un príncipe azul te llama de madrugada, trepa hasta la ventana de tu habitación de noche, te mira a los ojos cuando te dice cosas bonitas, te acompaña a casa siempre para que no recorras un camino sola. Aunque lleves días sin verlo, tienes la certeza de que está ahí, y que nunca nunca va a fallarte.

Tengo algo tan bueno que incluso dudo merecerlo.

Pequeña hulk de vez en cuando.

Yo no soy de las que se revolucionan contra el sistema. Más bien soy de las que van dando saltitos para esquivar los obstáculos y sobrevivir. Pero eso no quiere decir que no le de una patada de vez en cuando a la piedra que me he encontrado en el camino, aunque esté dura y se me rompa el meñique en el intento. No soy una chica conformista, y mucho menos conmigo misma, aunque me veáis estar siempre feliz con lo que me toca y nunca pidiendo más de lo que tengo. También me enervan situaciones, como a vosotros, y sufro de impotencia al no poder cambiarlas. Pero el problema realmente no es el obstáculo. Eso es muy fácil de sortear. El problema es la persona que lo ha puesto ahí, porque reconozcamos que la mayoría de las piedras no están ahí por su naturaleza. La gente cierra la cabeza cuando cree que algo es de una forma y no la abre cuando le ofrecen otra explicación.

Y todo esto va porque YA ESTOY HARTA de la panda de criticones (porque suelen estar criticando) que afirman decir 'ironías' cuando realmente están diciendo 'sarcasmos'. NO ES LO MISMO. Dejad de hacer comentarios sarcásticos para añadir después que 'era ironía'.

Primero: Créeme, no hacía falta la aclaración. Sé distinguir cuando algo tiene matices jocosos y cuando no.
Segundo: Lo que vosotros hacéis se llama sarcasmo. SARCASMO. El sarcasmo es una ironía mordaz, con intención de hacer daño a la otra persona. Ironía es el tono con el que se produce una burla fina e inteligente. Y de eso, no tenéis ni un pelo.

Ya está. Un besito en la nariz :)
Blanca.

PD: Esto no va por todos los lectores del blog. De hecho no creo que ninguno sea de estos que describo. Pero si te picas, tienes aliento a ajo.

viernes, 4 de mayo de 2012


Un abrazo enorme a Alicia Guerrero, que sé que me lee más de lo que merecen las tonterías que escribo. Se preocupa más por mí de lo que merezco, y tiene una imagen mía que tampoco merezco. Si tu eres buenísima, Alicia, no me digas más cosas bonitas. Que yo no soy tan buena como tú, yo puedo llegar a creérmelas, porque no sabes lo que significa que alguien como tú diga algo tan dulce a una mortal como yo.

Un besito en la nariz.
Blanca :)

Una pesadilla a lo Eisenstaedt


El otro día soñé algo terrible. Soñé que el país requería a mi hombre para defender ideas de otros. El estar de acuerdo con ellas o no era irrelevante para él, decía que cuanto antes acabara todo, mejor, y con él en las filas de batalla todo acabaría antes. Que tuviera, en el fondo, razón, sí que era irrelevante para mí. Qué más da que fuera un joven sano y fuerte, los aviones se oían a todas horas y él no podría abrazarme. ''Lo hago para protegerte'' y sostenía esos brazos míos que forcejeaban para darle una bofetada. Yo quiero que me protejas aquí, que me tapes con tu abrigo si hace frío y que me sostengas si mis tacones se rompen entre los guijarros de las callejuelas. Tan lejos de mí no haces más que provocarme problemas. A ver cómo voy a hacer cosas básicas como hacer la compra si al ver tu helado favorito en los estantes me voy a poner a llorar. Cuando estabas cansado o triste, te compraba conos de fresa y nata para animarte y te los llevaba a casa. ¿Cómo voy a hacerlo si te vas a matar soldados? ¿eh? ¡Dime!. Otro intento de bofetada. Me retuerce el brazo y se acerca. Vuelvo la cara. Un beso robado. No quiero responderlo, no quiero. Que necesite dárselo es otra cosa, pero no se lo merece, mucho menos si piensa dejarme sola pensando en: ''Ya debe estar de vuelta''. Acabo devolviéndole el beso. Acabo besándolo tan fuerte que anulo toda posibilidad de movimiento en su cuello. ''Hoy voy a ponerme guapa, porque seguro que regresa después del té'', pero no será verdad. Y estaré guapa y arreglada todos los días, ''por si...''. Tanto, que todos los hombres asmáticos y de pies planos que se quedaron en tierra se enamorarán de mí. Pero yo ya no seré yo, ni mis labios con carmín serán mis labios. Dejaron de serlo cuando en verano me robaste un beso que esa vez no tardé en devolver. Si te vas tan lejos con mis labios, ¿cómo pretendes que hable? Me quedaré muda y solo sabré esperar. Porque sé que volveras con 10 medallas y cuatro rangos más del que tenías cuando te marchaste, pero no me gusta esperar. Como esa vez que te di tu regalo de cumpleaños un mes antes. ¿Volverás por mi cumpleaños? ¿Me devolverás mis labios para decirte: Llegas tarde? ¡No respondes! Eso es porque no sabes la respuesta, y cuando se trata de alguien que siempre tiene una respuesta, el silencio debe dar miedo. Así que lo siento, vida mía, pero tú te quedas aquí a mi vera, donde yo pueda verte.
Te vestirás de soldado e irás a la estación. Te permitiré eso porque me hace ilusión acompañarte vestida con mis mejores galas, maquillada con el más rojo pintalabios y peinada con rizador. Rimmel no, que no quiero parecer un oso panda cuando subas al tren. Un pañuelo blanco para secar las lágrimas y un abrigo azul. Es tu color favorito. Porque tienes que recordarme preciosa. Te daré un sobre que encierra una foto mía con poca ropa y sonrisa pícara, pero te susurraré al oído que no lo abras hasta que estés en el tren.
Y hasta ahí puedo decir. No te dejo llegar más lejos. Antes de que el tren desaparezca por el horizonte, deberás saltar, correr hacia mí y levantarme del suelo de un abrazo. Si no lo haces, moriré de hambre, porque recuerda que tienes mis labios, y sin ellos no puedo comer conos de fresa.




Un besito en la nariz.
Blanca, que sueña cosas feas.