El hombre es un animal de realidades. No de una, eterna e inmutable, sino de muchas de colores, de distintas formas entrelazadas, que varían casi tanto como el mapa de la mente de un niño. Nos es necesario. Cuando un hombre tiene que tomar una decisión, elegir, crea en su interior distintos mundos, que serán de una forma u otra según la elección que se tome. Prefiere uno de esos mundos interiores y lo lleva a la práctica, para que el mundo interior se haga 'realidad'.
¿Pero a donde van a parar los otros mundos, los que no se acaban practicando? ¿No son acaso otras 'realidades' en potencia, esperando al hombre valiente que sea capaz de llevarlos a cabo? Es injusto dejarles desaparecer, pues en un principio no eran distintos de aquél que se decidió trasladar al mundo. ¡Y es que en realidad no hay diferencia alguna!
Esas posibles situaciones que tuvimos que imaginar para poder ver así sus consecuencias en nuestra vida, realmente fueron creadas. No por haberse quedado en nuestro interior, han dejado de existir.
Nuestra estancia en Hogwarts, el guantazo a aquella niña tan estúpida, ese beso apasionado bajo la lluvia, los trajes de época, el público aplaudiendo en pie... Existen, pues no tenemos más certeza del mundo que nos rodea que del mundo al que rodeamos. Son realidades de igual relevancia.
Un besito en la nariz.
Blanca, que se siente soñadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario