Mi movimiento favorito es la súplica. Es triste, es abatido, pero aún así refleja esperanza. Algo así como 'Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla'. Emana una energía muy especial. Una súplica pequeñita quedaría así:
Nunca me salieron bien las súplicas. No sé por qué. Tal vez es solo para gente especial, como Martha Graham. Mientras el esfuerzo me va ayudando a hacerlas y me tansformando en una persona con un poquito más de muchedad, me deleito viendo bailar Graham. Y a vosotros, os lo recomiendo encarecidamente, con una súplica de hecho.
Una contracción en la nariz. Blanca.
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