Curiosas criaturas, los leprechauns: Son pequeños, traviesos, pelirrojos y toooodos machos. Recuerdo que de pequeña vi una especie de historia en televisión, acerca de unos leprechauns que se enamoran de unas hadas... Me encantaba, tal y como siempre me han encantado los amores imposibles. Lo mismo que separaba a aquél leprechaun de aquél hada era lo mismo que mantenía alejados a Romeo Montesco y Julieta Capuleto, a Lizzy Bennet y William Darcy, a Severus Snape y Lily Evans. Eran la cultura, el orgullo, y el prejuicio. Temas fascinantes que además son causa de las historias más preciosas del hombre.
Yo quisiera contar cuentos de ese color, del naranja de sus cabellos y del verde de sus chaquetas. Me encantaría tener un ejército de ellos para que me fabriquen puntas (zapatillas de ballet, para los ignorantes del tema) y me hagan reír con bromas. Supongo que Irlanda es un bonito lugar para ír con la beca 'Erasmus'.
¡Lo sé, lo sé! Debería irme a Alemania con los filósofos, o a Londres con los bailarines. Solo estaba... imaginando. A veces es bonito soñar que eres una bonita hada con ojos brillantes de los que un leprechaun pecoso queda prendado. Pero da igual.
Al fin y al cabo, lo que me acabará llevando a Alemania o Inglaterra será lo mismo que separó a esos amores imposibles: Cultura, orgullo y prejuicio. Es una locura querer tener hijos de ojos irlandeses a los que contar cuentos acerca de las divertidas criaturas de su tierra natal. Es una pamplina... Porque yo lo digo. Y supongo que yo lo digo porque todos lo dicen... ¿O quizá no? ¿Dónde nacen en realidad nuestros pensamientos?
Un besito en la nariz.
Blanca =)
Y tú... ¿Qué piensas?
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