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lunes, 4 de abril de 2011

Esos famosos momentos que cortan la respiración

Podría disponer en una lista esos momentos, pero no quiero. Las listas se usan para cosas serias que no han de modificarse, para numerar, para juzgar y valorar. Nosotros, insignificantes seres humanos aunque fantásticos, no somos dignos de estimar a estos momentos. El espacio de un instante es el que hará que seamos dignos de más o menos estimación, ¡y no al revés!. Sin más prolegómenos, me dispongo a contaros algunos de esos momentos de los que podido disfrutar en los últimos días.

Los escribo como un diálogo, a lo Platón. Como si de una novela se tratara, y las situaciones fueran de fábula. Al fin y al cabo, todo es lenguaje, dialéctica. ¿no?:

- Pues la Pizza Elvis Presley tiene buena pinta-. Comenté, planeando el menú que pediría.
- ¿Por qué no pedimos varias cosas y las compartimos?-. Me respondió él.
- ¡Buena idea!-. Y es que realmente lo era.
- Somos tan buenos amigos que lo compartimos todo-. Ante eso sólo pude ofrecerle un choque amistoso de manos. Realmente me dí cuenta de que el menú de un restaurante de los 50 no era lo único que podría compartir con él.

- ¡Qué guay! ¡Me alegro un montón por tí! ¡Me han entrado hasta ganas de llorar! Al final el trabajo tiene su recompensa-. Esto fue un sms, quizá el más sincero que haya recibido. Vino por una serie de acontecimientos que me hicieron mirarme al espejo, sonreír, y llorar de emoción.

Me gustaría recordar la conversación para poder reproducirla, pero como mi memoria a veces flaquea, sólo puedo ofreceros medio la idea de lo que sucedió. El otro interlocutor de esta escena puede sentirse orgulloso de que le aluda tantas veces en mi blog, ¡Pero que no se acostumbre!. Fue algo como: ''¡La mejor es Lady Sybil! ¡Y vaya ojazos tiene Matthew! ¡El cojo es la hostia (u ostia, no sé cómo se escribe)! ¡Y Anna! ¡La pelirroja me tiene enamorado! ¡Gwen! ¡Los pelirrojos son la evolución de los rubios!''. En serio... A veces eres TAN niña que me entran ganas de hacerte la manicura, pegarte con una almohada de plumas, y esas cosas de película americana de chicas adolescentes.

- Se te echa de menos, Blanca-. Me dijo, mientras calentábamos antes de empezar la clase.
- No me lo digas dos veces que me quedo-.
- Que se quede, que se quede, que se quede...-.

- Ve a por una tarrina de Oreo a Tony-. Le ordené, medio en broma.
- Vale-. Me respondió muy dispuesto.
- No, es muy tarde, estará cerrado-. ¡Y es que era la 1 de la madrugada!
- Tú dame el dinero-. Accedí y desapareció por la puerta. En un ratito, volvió, acompañado de una tarrina de helado de Oreo.

GABRI, COMO LO HACES, QUE ESTO ROZA YA EL SURREALISMO.
Un besito en la nariz, por cierto =)

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